El ego, la ambición y el desapego del que dirán se volvieron conceptos lejanos.
Aunque los acercase creo que no los tomaría.
Los siento piezas de un humano cuyo final entristece al que no los tiene.
A veces trato de no sentirme tan bien.
Creo que así fue como, pude entender en algún momento, que sentía el otro.
Jugar con el estado mental de mi amigo, conversar tanteando sus dolores, encontrar la herida y curarlo "inocentemente".
Aquel verano olvidé aquella virtud mía.
Jugando a ser mejor que.
Hoy me bajo la estima adrede.
Una de las pocas cosas que puedo asegurar, es que prefiero ser un inseguro.
Prefiero pensarte dos veces .
Prefiero leerme antes de mandártelo .
Prefiero mirarme y resaltarme los defectos .
Prefiero escucharte.

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