Ya tuve uno en el pasado y la primera entrada solo admitía cobardemente que iba a ser visto solo por mis ojos.
En el fondo creo que el deseo era que alguien le preste atención a lo que escribía.
Fue esta cobardía la que, con ánimos de proteger, de aislar una parte de mí, acaba destruyendo mis propias creaciones.
Blogspot.es murió, sepultando mis poemas, mis abstractos, mis dolores.
No hubo funeral. Simplemente un día cerró. Cuando llegué ya estaba cerrado.
Pienso seguido que, evidentemente, el hecho de que nadie haya conocido mis obras, es una de las piezas que moví en algún momento, en este juego del artista delirante.
Perdí.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario